A principios de septiembre, un grupo
de expertos llegados de toda Europa se reunieron St.Julians (Malta) para debatir la necesidad de un
examen oficial a nivel mundial que mida las capacidades lingüísticas
de los profesionales en el sector sanitario.
El proyecto lleva el
nombre de Standem (standardised Language Certificate for Medical
Purpose) y la escuela de inglés en Malta Elanguest
forma parte del mismo junto a varias Universidades Europeas.
Hace ya algunas semanas desde esta escuela de inglés en Malta se pusieron en contacto conmigo para que les diera mi opinión acerca de las razones por las que, bajo mi perspectiva, es necesario establecer una certificación oficial que acredite a los profesionales sanitarios la capacidad lingüística que garantice la comunicación entre el paciente y el médico.
Mi opinión a este respecto así como las de otras personas han quedado recogidas en el blog de Elanguest.
Considero que el conocimiento y uso de la lengua inglesa es una cuestión indudable para un profesional de la salud.
Los motivos son diversos: acceso a manuales médicos, instrucciones de instrumentos, programas informáticos, asistencia a congresos internacionales y de intercambio con otros profesionales, etc... pero, sin duda, el que podría ser considerado el más prioritario es el de la comunicación con el paciente extranjero.
En la interacción doctor-paciente extranjero,
el conocimiento del Inglés resulta imprescindible. Es necesaria una
competencia lingüística en esta lengua que permita al doctor comunicarse
con el paciente
y/o con sus familiares o amigos con ciertas condiciones de garantía.
Esto puede
incluir no sólo la interacción directa con ellos por vía oral, sino el
poder o
tener que comunicarse con médico de cabecera o especialista del paciente
en
casos extremos como el de una enfermedad grave, o tratamientos
especiales a los
que el paciente pueda estar sometido, etc; interacción que podría
mantenerse
por correspondencia o teléfono.
Reflexionando sobre esta necesidad de acreditar un nivel de inglés en un ámbito específico, en este caso el médico, me ha llevado a lo que últimamente debatimos en los círculos de formación del profesorado de centros bilingües.
Y es que, conforme vamos avanzando y detectando mejoras en la formación del profesorado bilingüe, vemos cada vez más la necesidad de que la acreditación lingüística de este vaya a la par de su acreditación metodológica que garantice que no se produzcan disfunciones en el tipo de docencia que imparte el profesorado de ANL.
Considero que esta formación metodológica es imprescindible. El profesorado en centros bilingües debiera recibir una formación de carácter obligatorio que acompase su formación lingüística y metodológica según su grado de experiencia.
Igualmente importante es la formación metodológica para el profesorado de L1 y L2; en este caso, una formación que conjugue su competencia lingüística en la LE con otro tipo de contenidos. Es decir, profundizar en el conocimiento de la lengua a través de contenidos que no se centren sólo en el código lingüístico.
Hemos abierto un debate sobre esto, entre otros asuntos, en las Jornadas Regionales de Plurilingüismo a las que asistí a finales de septiembre en Sevilla y hemos formulado propuestas que están siendo estudiadas. Confío que veamos pronto algunas decisiones importantes.
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